La inseguridad volvió a impactar en el servicio de taxis y obligó a la flamante cúpula policial de la ciudad a reforzar los patrullajes, retomar los corredores seguros y requisar a los pasajeros. Los corredores seguros ya fueron aplicados en años anteriores para impedir los robos a taxistas.
La Capital |
La inseguridad volvió a impactar en el servicio de taxis y obligó a la flamante cúpula policial de la ciudad a reforzar los patrullajes, retomar los corredores seguros y requisar a los pasajeros. Los operativos debutaron esta madrugada tras una seguidilla de al menos nueve robos a choferes, uno de los cuales recibió un impacto de bala y se encuentra internado con pronóstico reservado. "Es todo muy sugestivo, tantos asaltos en dos horas, justo cuando asumieron las nuevas autoridades de la policía", planteó Horacio Gianotti, secretario adjunto del Sindicato de Peones. El gremio había contemplado decretar un paro en el servicio nocturno pero dejó en suspenso la medida tras los anuncios oficiales.
La de ayer fue una madrugada violenta para los taxistas. El gremio denunció que hubo al menos nueve ataques, uno de los cuales dejó como saldo un chofer herido de arma de fuego en Italia y bulevar Seguí que fue intervenido en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca) y trasladado a la tarde al Italiano, donde continuaba anoche en estado reservado (ver aparte).
Desde la jefatura de policía confiaron a este diario que sólo habían recibido la denuncia formal de "cuatro hechos de robo a taxistas en la madrugada, tres en jurisdicción de la subcomisaría 20, sobre Batlle y Ordóñez, y un cuarto suceso en zona oeste, en Garzón y Génova". Según la Unidad Regional II, dos de esos incidentes fueron esclarecidos.
No obstante ello, el jefe de la URII, Raúl Ardiles, admitió que los propios tacheros le transmitieron que hubo más robos y "muchos no hicieron la denuncia por falta de tiempo".
En plena madrugada los peones se concentraron en Pellegrini y Vera Mujica para conocer el estado de salud del chofer baleado. Y al amanecer amenazaron con lanzar una medida de fuerza, levantando el servicio nocturno, advertencia que no llegó a concretarse.
Al analizar lo ocurrido, el secretario adjunto de los peones sembró dudas sobre el accionar policial. "Es muy sugestivo que se registren tantos hecho de inseguridad en un par de horas. Lo curioso es que coincidió con la asunción de las nuevas autoridades policiales", sostuvo Gianotti, instalando la hipótesis de zonas liberadas.
Luego, el dirigente gremial alertó sobre los cambios que observaron en las modalidades delictivas. "Ahora estamos notando que los ataques no se dan tanto adentro del coche, porque hay botón de pánico, GPS y otras medidas. Se da más bien con gente que circula en moto y nos ataca a veces sin mediar palabra", precisó.
En ese marco, Gianotti reiteró la necesidad de avanzar hacia la eliminación del pago en efectivo para cancelar los viajes en taxis. "Así como un día ocurrió con los colectivos, tarde o temprano va a pasar con los taxis", vaticinó. Pero los titulares y el municipio relativizaron su inmediata aplicación (ver aparte).
Pasado el mediodía, el flamante jefe de la policía de Rosario recibió a peones y titulares de licencias en el Ministerio de Seguridad. Allí Ardiles anunció estrategias de acción inmediatas para "reducir al mínimo los hechos de inseguridad" y logró desactivar las medidas de fuerza del sector.
"Vamos a implementar corredores seguros en diez calles y avenidas, reforzaremos los patrullajes durante la noche y solicitaremos documentos a los pasajeros de los taxis", indicó Ardiles.
Según el también subjefe de la policía provincial "en total habrá unos 200 efectivos, algunos de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) participando de estos operativos para prevenir robos y tratar de llevar tranquilidad a choferes y usuarios del sistema".
Los choferes se retiraron del cónclave algo escépticos pero le dieron crédito a la promesa de Ardiles. "Vamos a evaluar en los próximos días cómo funcionan estos operativos. Lo importante es que se sostengan en el tiempo, y que no sean sólo anuncios que al poco tiempo desaparecen", advirtió Gianotti.
La inseguridad volvió a impactar en el servicio de taxis y obligó a la flamante cúpula policial de la ciudad a reforzar los patrullajes, retomar los corredores seguros y requisar a los pasajeros. Los operativos debutaron esta madrugada tras una seguidilla de al menos nueve robos a choferes, uno de los cuales recibió un impacto de bala y se encuentra internado con pronóstico reservado. "Es todo muy sugestivo, tantos asaltos en dos horas, justo cuando asumieron las nuevas autoridades de la policía", planteó Horacio Gianotti, secretario adjunto del Sindicato de Peones. El gremio había contemplado decretar un paro en el servicio nocturno pero dejó en suspenso la medida tras los anuncios oficiales.
La de ayer fue una madrugada violenta para los taxistas. El gremio denunció que hubo al menos nueve ataques, uno de los cuales dejó como saldo un chofer herido de arma de fuego en Italia y bulevar Seguí que fue intervenido en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca) y trasladado a la tarde al Italiano, donde continuaba anoche en estado reservado (ver aparte).
Desde la jefatura de policía confiaron a este diario que sólo habían recibido la denuncia formal de "cuatro hechos de robo a taxistas en la madrugada, tres en jurisdicción de la subcomisaría 20, sobre Batlle y Ordóñez, y un cuarto suceso en zona oeste, en Garzón y Génova". Según la Unidad Regional II, dos de esos incidentes fueron esclarecidos.
No obstante ello, el jefe de la URII, Raúl Ardiles, admitió que los propios tacheros le transmitieron que hubo más robos y "muchos no hicieron la denuncia por falta de tiempo".
En plena madrugada los peones se concentraron en Pellegrini y Vera Mujica para conocer el estado de salud del chofer baleado. Y al amanecer amenazaron con lanzar una medida de fuerza, levantando el servicio nocturno, advertencia que no llegó a concretarse.
Al analizar lo ocurrido, el secretario adjunto de los peones sembró dudas sobre el accionar policial. "Es muy sugestivo que se registren tantos hecho de inseguridad en un par de horas. Lo curioso es que coincidió con la asunción de las nuevas autoridades policiales", sostuvo Gianotti, instalando la hipótesis de zonas liberadas.
Luego, el dirigente gremial alertó sobre los cambios que observaron en las modalidades delictivas. "Ahora estamos notando que los ataques no se dan tanto adentro del coche, porque hay botón de pánico, GPS y otras medidas. Se da más bien con gente que circula en moto y nos ataca a veces sin mediar palabra", precisó.
En ese marco, Gianotti reiteró la necesidad de avanzar hacia la eliminación del pago en efectivo para cancelar los viajes en taxis. "Así como un día ocurrió con los colectivos, tarde o temprano va a pasar con los taxis", vaticinó. Pero los titulares y el municipio relativizaron su inmediata aplicación (ver aparte).
Pasado el mediodía, el flamante jefe de la policía de Rosario recibió a peones y titulares de licencias en el Ministerio de Seguridad. Allí Ardiles anunció estrategias de acción inmediatas para "reducir al mínimo los hechos de inseguridad" y logró desactivar las medidas de fuerza del sector.
"Vamos a implementar corredores seguros en diez calles y avenidas, reforzaremos los patrullajes durante la noche y solicitaremos documentos a los pasajeros de los taxis", indicó Ardiles.
Según el también subjefe de la policía provincial "en total habrá unos 200 efectivos, algunos de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) participando de estos operativos para prevenir robos y tratar de llevar tranquilidad a choferes y usuarios del sistema".
Los choferes se retiraron del cónclave algo escépticos pero le dieron crédito a la promesa de Ardiles. "Vamos a evaluar en los próximos días cómo funcionan estos operativos. Lo importante es que se sostengan en el tiempo, y que no sean sólo anuncios que al poco tiempo desaparecen", advirtió Gianotti.
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