Mica vive en el barrio Villa Oculta. Fue mamá el 10 de diciembre pasado y hoy necesita de la solidaridad de todos. Le faltan pañales, leche y ropa.
Micaela tiene 12 años, vive en el barrio Villa Oculta, consecuentemente invisible quizás a la vista de los tantos que ignoran realidades como la suya. El 10 de diciembre pasado fue una fecha muy especial para ella: fue mamá. Tuvo mellizas que hoy gozan de una excelente salud, aunque ya conocen en forma prematura la misma invisibilidad de su madre, dado que atraviesan muchas necesidades.
Pañales, ropita de bebé, leche maternizada, son apenas los primeros tres puestos de una larga lista de falencias. Para ella no pide nada, aunque la semana que viene empieza las clases –pasó a quinto grado– y sabe que aún no tiene a mano los útiles indispensables.
Diario UNO visitó el barrio en noviembre del año pasado y entrevistó a toda la familia, junto al coordinador del Movimiento Los Sin Techo, José Luis Zalazar (más conocido como El Colo), dado que ellos habitan en una de las casitas que reemplazaron los ranchos en el marco de un programa provincial, con la colaboración de esta organización.
En esa oportunidad, habló Patricia con el matutino, mamá de Micaela y hoy flamante abuela de las mellizas. En el primer diálogo, nos relataba que ella limpiaba en algunas casas y lavaba ropa en otras, con la ayuda de las changas que hacía su papá y la Asignación Universal por Hijo, al menos le alcanzaba para tener siempre el pan en la mesa.
Ahora su realidad cambió. Por cuestiones lógicas de espacio físico, su papá debió mudarse a otra vivienda y ella ya no puede salir a trabajar, dado que debe encargarse de las bebas mientras Mica va a la escuela y cuidar a sus propios hijos (una de ellas con un caso de lupus relevante). Ayer, en diálogo con Diario UNO, contaba que se había gastado “los últimos 20 pesos en un paquetito de pañales”, que sabe que no alcanzará para más de dos días.
En forma concreta, el matutino tomó contacto con ella para conocer sus necesidades, a sabiendas de la difícil situación que enfrentaban, en base a la primera recorrida del lugar. Ante la consulta, Patricia contestó: “Estamos necesitando rellenar el terreno al fondo que está muy bajo, para poder hacer una piecita. Hoy vino el intendente al barrio, le pedimos y nos dijo que iban a ayudarnos. La verdad es que a nosotros, Los Sin Techo nos ayudan mucho, no podemos quejarnos ni pedir demás”.
“Necesitamos dos camas y colchones y ropita para las bebas”, dice y agrega un comentario de abuela: “Hoy las vacunaron, así que están un poco molestas pobrecitas. Mañana tienen control en el dispensario de Villa del Parque”.
Las bebas de Micaela cumplen tres meses el 10 de marzo. Se llaman Alma Mía y Luciana Ludmila. Nacieron con 1,590 y 1,830 kilos y estuvieron un mes en la sala de Neonatología del Hospital Iturraspe. Salieron el 7 de enero.
El embarazo de Micaela apenas alcanzó a cumplir ocho meses. El 7 de diciembre rompió bolsa y la llevaron de urgencia al efector de salud. Allí trabajaron durante tres días para madurar los pulmones de las bebas y el 10 de diciembre se produjo la cesárea. “Gracias a Dios salió todo bien”, cuenta Patricia.
—¿Qué necesitan las bebas?
—Pañales, leche maternizada (porque necesita más o menos cuatro kilos y nos dan dos). Ella las amamanta, pero necesitan la leche maternizada. Ahora pesan las dos alrededor de tres kilos y medio.
—¿Micaela cómo está?
—Físicamente se recuperó bien y la sigue atendiendo la misma psicóloga del Hospital Iturraspe. La semana que viene vuelve a la escuela, porque pasó a quinto grado. Tiene que rendir gimnasia, que no pudo ir por el embarazo; pero le van a tomar un teórico, por la cesárea que tuvo, que para ella que es tan chiquita no es la misma recuperación. Mientras esté en la escuela yo le cuido las bebas, porque hasta ahora está todo el día con ellas.
Quienes puedan y deseen ayudar a Micaela y a su familia pueden comunicarse al 0342 155 481132.
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