martes, 26 de febrero de 2013

STA FE: Clan familiar condenado por prostituir a una joven


La pena más alta fue para Gustavo “Paco” Ojeda, sentenciado a 8 años de prisión. Su madre, su hermano y la novia de este último recibieron 5 años de cárcel de cumplimiento efectivo, pero seguirán en libertad hasta tanto el fallo no esté firme.


Cuatro personas fueron condenadas a pena de prisión por privación de la libertad y promoción y facilitamiento de la prostitución de una joven sanjavierina de 19 años. El caso lo denunció el padre de la víctima en septiembre de 2011, y afecta a los miembros de un clan familiar dedicados al negocio de la explotación sexual de mujeres.

El 15 de febrero el juez de Sentencia Nº 3, Cristian Fiz, firmó el fallo condenatorio para Gustavo Emiliano Ojeda, quien recibió la pena más alta -ocho años- al considerarlo autor del delito de “privación ilegítima de libertad y promoción y facilitamiento de la prostitución de mayor de 18 años de edad en concurso real”.

Pero además, la condena alcanzó a su madre Nélida Susana Pereyra, de 54 años; su hermano Eduardo Rogelio Beltrame y la novia de este último Bárbara Guadalupe Trento, ambos de 24 años. Cinco años de prisión de cumplimiento efectivo fue la pena para el trío, considerado “partícipe principal” de promoción y facilitamiento de la prostitución. Pero hasta que la condena no esté firme los tres seguirán libres en su casa del barrio Barranquitas de la capital provincial.

Historias reales

El hecho por el cual llegaron a sentencia se retrotrae al 19 de septiembre de 2011. Hasta esa fecha y en las afueras de la ciudad de San Javier, funcionó la whiskería Oasis, que era regenteada por esta familia.

Durante la Instrucción, a cargo del juez Sergio Carraro y el fiscal Rubén Díaz, se recopilaron numerosas pruebas que alcanzaron para procesar al grupo; pero sobre todo, impactaron en la opinión pública por lo desgarrador del relato de la víctima, que contó que en una noche la obligaron a tener relaciones sexuales con siete extranjeros y que la amenazaban con venderla en Catamarca o meter a su hijito en un lavarropas si no acataba las órdenes.

Al testimonio de la mujer, se sumaron otras personas que de alguna manera estuvieron alguna vez vinculadas con el negocio prohibido. Todos coincidieron en que “Paco”, el hombre de 35 años que ahora se encuentra preso, seleccionaba primero a sus víctimas, las seducía, las llevaba a vivir a su casa ofreciéndole algunas comodidades, y finalmente las insertaba en el circuito de explotación sexual local.

La cautiva

En particular, el juez Fiz determinó que Ojeda “retuvo contra su voluntad a la muchacha, ocultándola dentro de su vivienda de calle intendente Bode 1048 -San Javier-, manteniéndola encerrada, quitándole la documentación personal y la de su hijo, amenazándola y evitando con ello que se comunique o tome contactos con familiares y personas de su entorno”.

En los considerandos del fallo, el magistrado relató cómo “mediante engaño”, Ojeda la “indujo a que preste servicios, primero despachando bebidas en la whiskería Oasis de Colonia Francesa; y además de obligarla con violencia, golpes y amenazas a que mantuviera relaciones sexuales con clientes”, todo a cambio de “un beneficio económico”. Tal como se pudo acreditar, estos hechos se registraron de manera reiterada entre el 13 y 18 de septiembre de 2011.

Distribución de tareas

En cuanto a la responsabilidad de los restantes miembros de la familia, se pudo establecer que la “Barbi” Trento “era la encargada de reclutar” a las jóvenes que luego serían sometidas. Así lo hizo en este caso, cuando junto con su novio “Toco” Beltrame, la convencieron de iniciar una relación con Ojeda.

“Mire señor, toda la familia de él colaboró para que yo terminara así, primero que nada la cuñada de él, llamada Barbi Trento, que es mujer del hermano. Ella me empezó a hablar en el boliche, antes de que yo conociese a Paco, ella me decía que tenía un cuñado que estaba solo, y cosas por el estilo esta chica no era de mi entorno... ahora caigo que me encaró con esa finalidad”, sostuvo la víctima.

Por último la mamá de Ojeda era la encargada de regentear la whiskería Oasis, ahora que su marido estaba preso por otro asunto ajeno a este caso.

En su descargo, el propio Ojeda dijo durante su declaración indagatoria que “todo esto es un garrón”. Para él “era todo normal, no sé que le pasó, le han pagado para que diga semejantes boludeces”, acusó a la joven y trató de despegarse: “con la whiskería no tengo nada que ver, es de mi vieja, no puedo entrar, por ahí la llevo y nada más”. Claro que esta versión no fue suficiente para torcer el curso de una investigación que saltó a la luz con la denuncia de un padre, pero que puso de relieve una historia que en la ciudad todos conocían.

Prueba material

Si bien gran parte de la prueba que incrimina al clan familiar se basa en el relato de la víctima, “otro elemento contundente que lleva a probar sus dichos lo constituye el hecho de que luego de que fuera liberada por el personal policial, al practicársele un examen ginecológico se constató la presencia de un preservativo en el interior de su vagina”.

Trata de persona

Entre las diligencias ordenadas por el juez de Sentencia N° 3, Cristian Fiz, se dispuso “la extracción de copias” del fallo para ser remitidas “a la Fiscalía Federal de la ciudad de Reconquista, con competencia en la ciudad de San Javier”, a los fines de que se analice si cabe la posibilidad de continuar la investigación por el supuesto delito de trata de persona u otra infracción de alcance federal.

“Expectativas cubiertas”

El fiscal Nº 6, Rubén Díaz, dijo esta mañana que “las expectativas fueron cubiertas desde la fiscalía”. Para el titular de la acción pública se trató de “un hecho de difícil prueba” ya que “la defensa también produjo pruebas para desvirtuar el testimonio de la denunciante”. Cabe recordar que en su momento la fiscalía había solicitado 9 años de cárcel para el proxeneta “Paco” Ojeda, y 6 para Pereyra, Beltrame y Trento.

Asimismo, la condena alcanzada “colmó las expectativas de la fiscalía, sobre todo por el tipo de delito al que refiere y por lo difícil que es demostrar en estos casos la responsabilidad de los autores de los hechos”, sostuvo Díaz.

Por su parte, la defensa técnica de los imputados, a cargo de los abogados Melisa Arolfo y Raúl Berizzo, apelaron la sentencia condenatoria, por lo que se encuentran a la espera de una próxima resolución de Cámara. Cuando la causa fue elevada a juicio, la defensa solicitó “que se absuelva de culpa y cargo de sus representados”.

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