sábado, 2 de marzo de 2013

La posición de Irán sobre el tema AMIA


Lo que difunda la agencia de noticias Télam tiene importancia en tanto presenta la versión oficial de los hechos que refleja. Dadas sus características actuales, su función (y la de sus periodistas y columnistas) no es analizar cuestiones fácticas con una mirada independiente, sino profundizar el pensamiento gubernamental sobre los mismos, desde la perspectiva ideológica oficial.
Son muchos los países que tienen agencias oficiales de noticias como parte del aparato gubernamental, cuya misión es consignar verticalmente la opinión de la cúpula gobernante. Una de esas agencias es Fars, de Irán, que no sólo transcribe la posición del gobierno teocrático, sino particularmente la de los Guardias Revolucionarios, núcleo ideológico duro (y militarmente armado) de ese gobierno.
Por eso resulta interesante la versión de Fars sobre todo el proceso que culminó con la firma del tratado de entendimiento entre la República de Irán y la Argentina, referido al atentado terrorista contra la AMIA.
Novedades
Recorriendo el archivo de Fars, se descubre que ya el 29 de septiembre de 2012, la agencia iraní consignaba que “la presidenta Cristina Fernández ordenó a su ministro de Relaciones Exteriores (Héctor Timerman), aceptar la solicitud de Irán para iniciar conversaciones”. Esta actitud, dice Fars, “marca un cambio drástico en la política diplomática (argentina) socavando a los EE.UU. y la influencia israelí en el país”.
El párrafo de Fars denota que desde un primer momento Irán entendió esta aproximación con la Argentina como una movida dentro del ajedrez internacional que está jugando, contrariamente a lo expresado por Cristina Fernández, en el sentido de que no participará en juegos de ajedrez internacional.
La agencia noticiosa oficial iraní también aporta un dato poco difundido en la Argentina. El 7 de septiembre de 2012 “Timerman defendió el programa de energía nuclear de Irán, uniéndose a Venezuela, en una muestra de apoyo al gobierno iraní, dejando solos a Estados Unidos, Israel y algunos pocos de sus aliados europeos, en sus alegaciones acerca del propósito militar de los desarrollos iraníes en materia nuclear”.
Terrorismo nuclear
Siempre según Fars, Timerman, en la Asamblea General de Naciones Unidas sostuvo que “las acciones que exige la lucha contra el terrorismo nuclear, que apoyamos y en la que participamos activamente, no debe convertirse en un medio indirecto para limitar los derechos de los países a su autonomía tecnológica y el uso pacífico de la energía nuclear”.
La acepción “terrorismo nuclear” tiene más de una significación. Previo a la intervención del canciller argentino (publicó Fars), Ali Akbar Salehi, ministro de Relaciones Exteriores de Irán (y padre del desarrollo nuclear de su país), dijo en el mismo ámbito que “Irán es una víctima del ‘terrorismo nuclear’”. En su concepción, tal terrorismo pasa por los esfuerzos occidentales por “atacar o sabotear” el desarrollo nuclear iraní.
Negativa
El pasado 12 febrero la agencia persa publicó un despacho, citando declaraciones efectuadas ese mismo día martes por el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores Ramin Mehman-Parast, calificando de “puras mentiras” las informaciones de algunos medios occidentales e israelíes, acerca de que el acuerdo argentino iraní permitiría el interrogatorio de los sospechados iraníes, por parte de funcionarios judiciales argentinos, en Teherán.
En realidad el portavoz no estaba desmintiendo a los medios occidentales e israelíes, sino a los voceros argentinos que propalaron esa alternativa, como atributo para lograr avances en la causa AMIA. Aún nueve días después, durante la sesión del Senado del día 21, hubo senadores oficialistas que argumentaron que el papel de entendimiento permitiría tales interrogatorios.
Sin tapujos
El 24 de febrero, el diario oficialista iraní Tehran Times, publicó una nota de opinión con la firma de M. Soroush, con un título que no permite segundas interpretaciones: “Irán y Argentina asestan un duro golpe a los sionistas”.
“Después de muchas décadas -escribe- la Argentina ha decidido liberar al país de la influencia de EE.UU. y de Israel”. Pero esa liberación, señala certeramente el columnista, no es aséptica. Incluye el cambio de órbita en política exterior de la Argentina.
Soroush se pregunta: “¿Por qué Israel está tan preocupado por la comisión (de la verdad) que determinará los hechos (sobre la AMIA)?”. Se responde: “Porque Estados Unidos e Israel se oponen a cualquier tipo de cooperación o acuerdo entre Irán y otros países, sobre todo si esto puede aumentar la influencia de Irán en los lugares que se consideraban anteriormente como los patios de los Estados Unidos e Israel”.
Si algún estamento oficial argentino se sintió injuriado por la designación de su país como integrante del patio (trasero) de EE. UU. e Israel, hasta hoy no lo ha manifestado. Por lo tanto, tampoco es probable que admita que a partir de ahora su política exterior está “influenciada” por las posiciones iraníes.
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Sin desperdicio
Soroush hunde el bisturí en su análisis. Desde su perspectiva (alineada con el pensamiento oficial del régimen teocrático de los ayatollahs) el atentado a la AMIA fue pergeñado por el propio Israel.
Argumenta: “Israel es el manipulador político más conocido del mundo. Desde el principio de su cancerosa creación, Israel ha victimizado a los Judíos para alcanzar sus objetivos políticos. En cualquier parte del mundo donde Israel es incapaz de cumplir sus objetivos, lleva a cabo un ataque terrorista de falsa bandera contra los residentes judíos, señalando rápidamente con el dedo a sus enemigos, duplicando la presión con el fin de alcanzar sus objetivos”.
No queda claro porqué, si la Argentina es el patio trasero en los designios sionistas, Israel instrumentaría este atentado contra su propia comunidad. Como hasta hoy ningún funcionario argentino ha refutado este punto de vista, debe aceptarse que el gobierno nacional lo comparte. Quien calla, otorga.
De sobornos y otras cosas
Cuando Soroush escribe su nota, todavía no había sesionado la Cámara de Diputados de la Argentina, para ratificar la aprobación dada por el Senado al pacto argentino iraní. Ante la incógnita frente al resultado en la cámara popular, el articulista persa ensaya una argumentación riesgosa.
“Los grupos de presión sionistas están tratando de impedir la ratificación del proyecto de ley sobre la AMIA en la cámara baja del Congreso de la Nación Argentina, presionando y sobornando a los miembros de la legislatura. Sin embargo, el pueblo argentino y el gobierno sabrán la verdad sobre el caso AMIA y tarde o temprano entenderán que el gobierno se beneficia al máximo, despejando las ambigüedades que rodean el caso”.
Temas a despejar: la Cámara de Diputados de la Nación Argentina es sobornable; el atentado terrorista contra la AMIA provino de Israel; Argentina se encolumna contra el sionismo internacional y convalida la influencia iraní en su política exterior.
Ninguno de estos postulados fue contradicho por ningún integrante del gobierno nacional o de la bancada oficialista en el Congreso. Que un medio oficial iraní difunda una opinión en la que se diga que la Cámara de Diputados de la Argentina es sobornable, al parecer no es un insulto, si proviene de Irán. Reina el silencio argentino y, como ya se dijo, quien calla otorga.
 

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